¿Pueden doce periódicos distintos opinar lo mismo sobre una reforma legal? Sólo en Cataluña. El editorial conjunto suscrito por la plana mayor de la prensa cuatribarrada me ha dejado ojiplático. Estupefacto.
Una reforma del Estatuto que tuvo un, cuando menos, precario apoyo en las urnas y que fue magreado y violentado por los firmantes políticos, se pone ahora como la línea roja de todas las líneas rojas. La que separa las diferentes españas que nos inventamos a diario.
Además, se habla de dignidad ante la posiblidad de que haya una sentencia contraria. Se vulnera así al pueblo soberano, plantean los doce diarios justos. Ósease, que si el pueblo votase algún día por el apaleamiento en plaza pública de todo portador de una barretina, nada podrá hacerse ni protestarse. Es la dignidad de un colectivo lo que está en juego.
Puede que esté lejos, puede que me falte perspectiva, pero pocas veces he visto una sociedad tan narcotizada como la catalana. Un oasis, decían, hasta que llegó Millet y el 3%. E incluso entonces lo acallaron, con palmeras de cartón piedra y un lago de agua desalada. Tranquil, Jordi, tranquil, que todo se pacta. Que la prensa, en masa, opina lo mismo que nosotros.
Eso suele ser malo, salvo en casos que atenten contra los Derecho Humanos y no, repito, no, es el caso. Mal futuro nos aguarda entonces, incluida la dignidad catalana.
Claro, que si el Constitucional no estuvieran cual Penélope tejiendo y destejiendo el texto que a nadie ofende, que mira que regaña MariTere cuando se lo propone, no estaríamos es estas lides.
Por mi parte, A LA NEVERA con los doce. No sé qué opinará el resto del consejo editorial.
Aquí, el texto
jueves, 26 de noviembre de 2009
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